Todas las personas que aman a sus perros les quieren dar la mejor alimentación posible, pero ¿cuál es la mejor alimentación para mi perro? Siendo honestos, la oferta de alimentos para mascotas ha crecido tan rápido en la última década, que es inevitable sentirse abrumado, como ocurre en un restaurante con un menú de 15 páginas. Por otro lado, los perros, al igual que las personas, han desarrollado intolerancias y alergias alimentarías que hacen realmente complicado generalizar y recomendar un producto universal para todos los perros; además los requerimientos según la edad y estado de salud del individuo hacen que la dieta más óptima sea la más personalizada.
La investigación científica va cada día aportando más datos para que las personas preocupadas por la alimentación de sus perros puedan elegir con criterio y no por modas.
Como que las diferencias más importantes entre perros y lobos se encuentran en el sistema nervioso y el aparato digestivo. Por tanto, comportamiento y nutrición no son iguales en perros y en lobos y debemos tener esto en cuenta a la hora de elegir el pienso de nuestros mejores amigos, los perros.
Concretamente, mediante análisis de ADN la genética ha demostrado que los perros tienen al menos 10 genes relacionados con el metabolismo del almidón y los carbohidratos, pudiendo absorber azucares fácilmente (Axelsson et al. 2013). Los lobos no tienen ninguno. Por lo tanto, los perros pueden metabolizar el grano y beneficiarse de sus nutrientes, al igual que hacemos nosotros, los humanos. Los perros, al contrario que los lobos que son animales carnívoros, son omnívoros debido a que han co-evolucionado con los humanos hace más de 10.000 años. Así lo prueba la adaptación de su sistema digestivo a nuestros hábitos. Aunque ojo, existen algunos alimentos deliciosos para los humanos que son tóxicos para nuestros perros, como el chocolate, el aguacate, las uvas, la cebolla, el ajo o alcohol.
La genética ha demostrado que los perros tienen al menos 10 genes relacionados con el metabolismo del almidón y los carbohidratos, pudiendo absorber azucares fácilmente. Los lobos no tienen ninguno.
Existen estudios que además sugieren que el consumo de carbohidratos en perros favorece la secreción de insulina, lo que podría facilitar el “secuestro” del triptófano y su transformación en serotonina, neurotransmisor relacionado con el estado de ánimo y la felicidad.
Y como dato curioso el título de este post, Bramble, una hembra de Border Collie que vivió 25 años convirtiéndose en la perra más longeva de la historia, y curiosamente fue alimentada con una dieta vegana. No podemos negar que existen vegetales con un gran contenido proteico y que los perros al contrario que los gatos si pueden sobrevivir sin carne. Sin embargo, si Bramble hubiera podido elegir, quizás hubiera pillado algún que otro conejo.