No son pocos los perros que tienen miedo a las detonaciones de petardos y  fuegos artificiales. Incluso a tormentas u otro tipo de explosiones como los del tubo de escape de los vehículos. Conductas de evitación, temblores, o buscar una guarida son síntomas de este miedo.

Un estudio publicado en frontiers in Veterinary Sciences relaciona  la fobia a los ruidos fuertes y los signos de sensibilidad auditiva, con el dolor músculo esquelético en perros.

Este estudio compara 10 perros con dolor musculo esquelético diagnosticado  con otros  10 perros sin dolor, todos con fobia a los petardos. Los 20 perros estudiados mostraron conductas similares ante las detonaciones: escape, temblores y búsqueda de escondite. Sin embargo los perros con dolor músculo esquelético presentaban  ansiedad o evitación a la interacción social con perros desconocidos, en mayor frecuencia que los perros sin dolor.

Las dolencias físicas encontradas en los perros con dolor fueron displasia, dolor de caderas, espondilosis y degeneración articular. Además todos los casos con dolencia clínica, empezaron a mostrar la fobia a partir de los 4 años de edad, lo que parece descartar un origen en la falta de habituación a ruidos durante la etapa de cachorro.

Aunque la muestra no es significativa y se trata solo de un estudio cualitativo, es importante el hallazgo de considerar una buena revisión veterinaria ante un problema de comportamiento como es la fobia a los grandes ruidos, ya que el tratamiento de desensibilización podría no ser efectivo sin el tratamiento analgésico necesario para paliar el dolor.